CAPÍTULO CUARTO.
DATE LA BUENA VIDA.
Nos dice que hacer lo que queramos es preocuparse por nuestra
verdadera libertad, no se puede vivir libre si se sigue lo que los demás hacen,
dicen o mandan, en nuestra vida nadie manda mas que nosotros mismos, nosotros
somos los únicos en elegir si queremos tener una buena vida, pero no se debe
confundir lo que realmente significa esto, tener una buena vida no significa
hacer lo que nos complace al momento por que muchas veces esta mentalidad solo
nos traerá felicidad pasajera y algunas veces nos dará problemas futuros, tampoco
la obtendremos con cosas materiales por muy lujosas y ostentosas que estas sean,
vivir de apariencias, buscando la admiración de los demás, pensando que así
seremos felices tampoco es un buena vida.
Señala que al tener esa mentalidad de que eso es una buena
vida, buscamos la manera de cómo obtener dichas cosas haciendo a un lado nuestras
relaciones con otras personas, cuando estas relaciones son la que realmente nos
hacen ser seres humanos
La realidad es que este pensamiento se genera muchas veces
por el miedo que se le tiene a la muerte, miedo que puede convertir al hombre
en animal porque “todo animal en peligro de muerte se vuelve loco. Loco miedoso,
loco astuto, loco malvado, loco que huye, loco servil, loco furioso, loco
odiador, loco embrollador, loco asesino” (Tony Duvert, Abecedario malévolo).
“Un hombre libre en nada piensa menos que en la muerte, y su
sabiduría no es una meditación de la muerte, sino de la vida” (Spinoza, Ética).
“Hombre libre es el que quiere sin la arrogancia de lo arbitrario.
Cree en la realidad, es decir, en el lazo real que une la dualidad real del Yo
y del Tú. Cree en el Destino y cree que el Destino le necesita... Pues lo que
ha de acontecer no acontecerá si no está resuelto a querer lo que es capaz de
querer” (Martín Buber, Yo y tú).
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